FINTECH / por Javier Pérez Moreno
En los últimos años, el ecosistema de criptoactivos en México ha evolucionado de forma acelerada. Uno de los fenómenos más notables ha sido la adopción de las stablecoins, especialmente aquellas vinculadas al dólar estadounidense como USDT y USDC, utilizadas ampliamente en operaciones de remesas, pagos internacionales y comercio electrónico. Sin embargo, este crecimiento ha ocurrido en un preocupante vacío regulatorio.
Stablecoins: entre la estabilidad y la eficiencia
A diferencia de criptomonedas volátiles como Bitcoin o Ether, las stablecoins están diseñadas para mantener paridad con un activo subyacente, generalmente una moneda fiduciaria. Esta característica les ha permitido posicionarse como instrumentos atractivos para la transferencia de valor de forma ágil, sin fricción y sin necesidad de intermediarios bancarios tradicionales.
En México, su uso se ha intensificado entre plataformas de remesas, freelancers que cobran desde el extranjero, pequeñas empresas que importan servicios digitales, y usuarios que buscan un refugio ante la volatilidad cambiaria. No obstante, la regulación vigente no contempla de forma específica su naturaleza ni los riesgos asociados.
Un marco legal que no alcanza
La Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera («Ley Fintech»), publicada en el Diario Oficial de la Federación el 9 de marzo de 2018, regula el uso de «activos virtuales» por parte de las instituciones de tecnología financiera (“ITFs”). Sin embargo, dicha ley no distingue entre tipos de activos ni proporciona definiciones específicas para las stablecoins. El Banco de México (“Banxico”), a través de la Circular 4/2019, restringió el uso de activos virtuales por parte de las entidades financieras, estableciendo que su utilización debe ser autorizada previamente y se limita exclusivamente a operaciones internas, sin prever un procedimiento expedito para la obtención de dicha autorización.
De lo anterior, es importante señalar que en junio del 2021 se emitió por Banxico, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (“SHCP”) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (“CNBV”) el Comunicado Conjunto No. 039/2021, el cual reitera que las instituciones financieras en México no están autorizadas para ofrecer al público operaciones con activos virtuales, incluidas aquellas que buscan mantener un valor estable (es decir, stablecoins). Este comunicado refuerza la ausencia de un marco regulatorio específico para las stablecoins y pone en evidencia la necesidad urgente de desarrollar mecanismos legales que permitan distinguir entre los distintos tipos de criptoactivos y sus usos. Asimismo, no existe claridad sobre los requisitos que deben cumplir los emisores o custodios de stablecoins para operar legalmente en México, ni sobre su clasificación como instrumento financiero, activo digital o moneda extranjera.
Tampoco existe claridad sobre los requisitos que deberían cumplir los emisores o custodios de stablecoins para operar legalmente en México, ni sobre su clasificación como instrumento financiero, activo digital o moneda extranjera.
Por su parte, la SHCP, a través de la CNBV, ha mantenido un enfoque centrado en la prevención de lavado de dinero en el ámbito financiero, conforme a las Disposiciones de carácter general en materia de PLD/FT, exigiendo controles específicos para operaciones con activos virtuales realizadas por entidades reguladas. Sin embargo, no existe un esquema normativo particular para plataformas que operan con stablecoins como medio de pago o reserva y que no forman parte del sistema financiero, las cuales se consideran actividades vulnerables sujetas al régimen previsto en la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita.
Riesgos reales vs. riesgos percibidos
La falta de regulación genera riesgos que deben atenderse, como la posible pérdida de paridad con el activo subyacente, la insolvencia de emisores no regulados, o el uso indebido para fines ilícitos. No obstante, también es importante evitar sobrerregular con base a riesgos percibidos o especulativos que podrían detener la innovación.
Desde nuestra experiencia en bgbg, hemos asesorado a diversas plataformas que utilizan stablecoins como parte de sus modelos de negocio para pagos transfronterizos, soluciones de custodia o programas de lealtad, siempre en el marco de cumplimiento de las disposiciones de PLD/FT, mejores prácticas, estructuración corporativa eficiente y análisis fiscal asociado.
Una regulación adecuada debería guiarse por un enfoque basado en riesgos, permitiendo mayor flexibilidad para modelos que utilicen stablecoins con fines legítimos, siempre que existan estándares de transparencia, respaldo y protección al usuario.
Pagos internacionales: una oportunidad para México
Con más de 60 mil millones de dólares en remesas enviadas al país cada año, y un ecosistema digital en constante expansión, México está en una posición privilegiada para aprovechar el potencial de las stablecoins como vehículo de pagos transfronterizos. Empresas fintech ya están desarrollando soluciones innovadoras que permiten a usuarios enviar y recibir pagos con menor fricción que las opciones bancarias tradicionales.
Por ejemplo, hemos participado en el análisis legal de modelos en los que se emplean stablecoins para fondear wallets digitales desde el extranjero, facilitando pagos instantáneos entre México y EE.UU, sin intervención directa del sistema bancario tradicional. Estas soluciones, bien estructuradas, pueden cumplir con los requisitos legales actuales en materia fiscal y de cumplimiento.
Además, las stablecoins podrían contribuir a cerrar brechas de inclusión financiera, permitiendo que personas no bancarizadas accedan a medios digitales de pago y ahorro con mayor eficiencia y menores costos.
Lecciones desde el extranjero
La Unión Europea ha dado un paso firme al incluir a las stablecoins dentro del Reglamento MiCA (Markets in Crypto-Assets), estableciendo requisitos claros para su emisión, respaldo y supervisión. En Estados Unidos, el debate regulatorio sigue abierto, pero ya existen iniciativas como el STABLE Act (si deseas profundizar en este tema, te invito a consultar este artículo que escribí), así como acciones de la SEC y el Departamento del Tesoro para definir responsabilidades sobre emisores.
México podría adoptar un enfoque gradual, estableciendo primero definiciones legales claras y un registro de custodios y emisores, acompañado de reglas de transparencia sobre reservas, mecanismos de auditoría y procesos de autorización o notificación, según el nivel de riesgo.
Asimismo, aunque en México el sandbox regulatorio no ha sido aprovechado plenamente, podría considerarse la creación de un sandbox específico para stablecoins, que permita a las autoridades observar y evaluar distintos modelos bajo condiciones controladas, antes de emitir una regulación definitiva.
Conclusiones y propuesta
El uso de stablecoins en México no es una hipótesis futura, sino una realidad presente. Su impacto en los pagos internacionales, la eficiencia operativa y la inclusión financiera es tangible. Sin embargo, el marco legal actual no está preparado para abordar sus implicaciones.
Urge que los reguladores mexicanos establezcan una vía clara para reconocer, supervisar y aprovechar responsablemente el uso de stablecoins. Esto no solo brindaría certeza jurídica a los participantes del mercado, sino que consolidaría a México como un hub regional de innovación financiera en América Latina.
Una regulación efectiva deberá surgir del diálogo coordinado entre Banxico, la CNBV, la SHCP y el SAT, que considere las implicaciones monetarias, financieras, fiscales y de prevención de riesgos. Resulta fundamental abrir espacios de colaboración público-privada para discutir modelos, riesgos y aprendizajes comparados.
Desde bgbg, contamos con una práctica especializada en activos virtuales, cumplimiento regulatorio y estructuración legal de modelos fintech. Podemos apoyar a empresas del sector en:
- Evaluación regulatoria de productos vinculados a stablecoins.
- Redacción de términos y condiciones, contratos de custodia y avisos de privacidad.
- Cumplimiento fiscal y de PLD.
- Diálogo con autoridades financieras.
El momento de definir el futuro legal de las stablecoins en México es ahora, y desde bgbg estamos listos para contribuir en ese camino.


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