FINANCIERO BANCARIO / por Miguel Gallardo Guerra
La aceleración digital que vive el sector financiero ha transformado radicalmente el cumplimiento regulatorio. Lo que antes era un proceso principalmente documental y reactivo, hoy exige respuestas inmediatas, trazables y automatizadas. En este contexto, el cumplimiento ya no es sólo una obligación normativa: es una ventaja competitiva.
Las autoridades mexicanas, como la CNBV, la UIF y la CONDUSEF, han endurecido sus criterios y expectativas en torno al monitoreo de operaciones, la identificación de clientes y la prevención de operaciones ilícitas. Esto ha llevado a las entidades financieras a integrar nuevas tecnologías como sistemas automatizados de alertas, motores de riesgo, inteligencia artificial y herramientas de firma electrónica para agilizar la documentación legal.
Sin embargo, este avance también implica nuevos riesgos: la dependencia tecnológica, los ciberataques, la falta de interoperabilidad entre plataformas y la necesidad de actualizar constantemente los marcos normativos para que estén a la altura de la realidad digital.
Para los abogados, esto implica una transformación profunda del rol tradicional. Hoy es necesario conocer de arquitectura tecnológica, procesos digitales y herramientas de análisis de datos. El asesor jurídico que acompaña a bancos, fintechs, aseguradoras o instituciones de ahorro debe convertirse en un puente entre el cumplimiento normativo y la innovación tecnológica.
Desde nuestra práctica en bgbg, hemos visto cómo los equipos jurídicos que se adaptan a esta realidad logran anticipar observaciones regulatorias, mitigar riesgos reputacionales y facilitar auditorías con mayor eficiencia.
El reto ya no es solo cumplir: es cumplir mejor, más rápido y con mayor transparencia.
¡Nos leemos!


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